El ser humano experimentó la necesidad de trascenderse a sí mismo y buscó romper las barreras del tiempo y del espacio.
En el ámbito de la comunicacíon había de atrapar al habla y superar su evanescencia intrínseca para darle durabilidad.
Aparecieron las pinturas rupestres y con ello los balbuceos de la escritura; las primeras formas de ésta surgieron en Mesopotamia y Egipto, era la escritura cuneiforme, que apareció en tabletas de barro de los siglos XIV y XV a. C. Se trataba de un sistema logosilábico de dibujos simples que representaban ideas o sonidos, y cada signo significaba sílabas o palabras completas.
Los pictogramas son representaciones o dibujos de objetos. Cada palabra se representa con el dibujo del objeto sin que haya una relación directa entre el lenguaje y el objeto. "Cada signo representaba una sola palabra. A veces se juntaban dos signos para formar un solo significado. Es interesante advertir que los signos eran sencillos y que pese a la variedad de caligrafías, estaban escritos con gran uniformidad" (Turner, 1985:153).
Un paso adelante lo constituyó la aparición de los ideogramas con la representación ya no del objeto directamente, sino de una de sus características. Se pasó con ello a la adopción de signos más simples y convencionales para determinado grupo. Estos signos representaban ideas. Entre los ideogramas y la escritura alfabética aparecieron los fonogramas, rebus o semafonogramas "que eran primitivos signos pictográficos empleados según su sonido, llenaban la función de silabarios y pueden definirse como una oración o palabra elaborada a base de dibujos de los que sólo se toma en cuenta el sonido" (Moreno y García, 1962:53).
A los signos se les daba valor fonético. los fonogramas son, pues, símbolos gráficos que representan sonidos. En Egipto lo inventores de los jeroglíficos mezclaban dibujos, ideas y palabras cuya pronunciación eran con base en símbolos o figuras. Eran tantos que sólo los dominaban los sacerdotes, escribas y gente iniciada.
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